Dos amigos están charlando. Uno de ellos habla quejoso.
—Esta mujer me hizo un hechizo, una brujería.
—Hombre, no seas ignorante, eso no existe.
—Te digo que si, me está produciendo un daño.
—Que tonto ¿Cómo podés creer en esas cosas? Yo no creo
en eso.
—Ya conocés el dicho “creer o reventar”
Dio mucho trabajo sacar los restos del amigo que quedaron adheridos al cielorraso, a las paredes y al piso.
